viernes, 18 de octubre de 2013

El Caballo

Los caballos

Mitos y verdades sobre los caballos


Para aquellos fanáticos de los equinos, el buen cuidado de sus animales resulta fundamental. Por eso en esta página también encontrarás algunas recomendaciones de cómo alimentarlos (cómo cuidar las cantidades y el tipo de alimentos, cuanto tiempo es  oportuno que pase antes que realicen actividades, etc.); como también los datos requeridos para mantener la limpieza del pelaje y los accesorios (momento fundamental para lograr alcanzar la confianza y respeto de tu caballo).
No olvidamos aquí la importancia del herraje. Suele ser considerado por aquellos que no están familiarizados en el tema que las herraduras son un accesorio más. Esto no es así en lo más mínimo, incluso en la actualidad donde el caballo dejó de ser un medio de transporte habitual. El contar con un buen herrador era antaño un requerimiento sine qua non dentro de toda familia. Esto no dejó de ser así a pesar de la dificultad que se presenta a la hora de buscar alguien que siga practicando con idoneidad ese oficio. Un mal herraje puede ser causa de daños irreversibles en nuestro equino. El casco suele desgastarse por eso se recurre a la herradura pero este recurso no siempre es provechoso para el animal (se han asociado muchas deformaciones en este órgano, el casco, a causa del herraje). Por lo que a  veces se considera al herraje como un mal que es necesario.
Otro punto de importancia es el embocado, dado que la boca del caballo es una parte que requiere de ser controlada y revisada periódicamente. Una embocadura bien colocada ayuda al control del caballo sin necesidad de dañarlo,  no debe ser colocada de forma tal que golpee la dentadura ni tampoco de forma tal que el caballo pueda tomarla y dejar sin control al jinete.

Evolución del caballo


Una pregunta frecuente sobre este animal tan particular y tan necesario para el hombre es acerca de su origen. Se lo conoce como Eohippus cuyo fósil fue encontrado en América del Norte a mediados del siglo XIX y cuyo análisis llevó a calcular una antigüedad  en años cercana a los  55 millones. En función de cambios en el clima esta especie originario fue evolucionando hacia otras, por ejemplo: Mesohippus, Miohippus, Dinohippus y el Pliohippus, entre otros.
Es importante aclarar que estas especies no poseían las mismas características anatómicas que el caballo que conocemos hoy en día. Eran muy diferentes. Aquellos que lograron sobrevivir y con cuya descendencia nos encontramos pertenecen a Equus caballus.

Los cuatro tipos principales de caballos que descienden de este son los caballos del bosque, de la meseta, de la estepa y de la tundra.
Esto remontándonos a tiempos bastante remotos, pero con respecto a la actualidad es el caballo de raza árabe el de mayor antigüedad. Algunas de las razas que hoy podemos encontrar son: el anglo-árabe, el árabe, el azteca, bretón, criollo, cuarto de milla, don, frisón, morgan, mustag, percherón, pony gales, pura sangre, silla americano y silla francés, suffolk, tan sólo por mencionar algunos. Pero es necesario recalcar que la contribución de mayor importancia fue realizada por  tres garañones árabes que son el turco Byerley, el árabe Darley y por último el árabe Godolphin. Casi todos los pura sangre que existen actualmente son descendientes de línea masculina directa de los árabes nombrados anteriormente.
Postata: Los caballos son animales de pura sangre y a la hembra del caballo se le llama yéghua 
 

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